Realizar cambios, para que todo siga igual. Una suerte de gatopardismo que, a pesar del cambio de mayoría en el Congreso, se mantiene. Básicamente, porque no hay mayor diferencia de fondo, que los colores, en las fuerzas ahí representadas. No se pudo resolver al titular de la Auditoría, porque se condicionaron los votos a cambio de la designación del presidente del Supremo Tribunal de Justicia del Estado de Jalisco.
Así que podrán cambiarse las personas, pero nada se resuelve si se sostiene la idea de controlar indebidamente a instituciones que necesitan gozar de una margen de necesaria independencia. Esa es la parte que los diputados no terminan de entender y continúan el absurdo juego de la simulación. Se trata de cambiar… para seguir igual.
El sexenio está por terminar. Va a ocurrir en el contexto de una transición pactada, a cambio de vil impunidad. Basta revisar lo que ocurre hoy en el Congreso de Jalisco para advertir que el cambio de partido que los electores votaron, no se traduce en cambios de actitudes frente al poder (salvo el caso de Pedro Kumamoto y Augusto Valencia). Sobre todo cuando la visión de la complicidad impera para repartir, por cuotas, los altos cargos del estado. Se mantiene así un permanente engaño. Por ejemplo, con la amenaza falsa de llevar a juicio político a los magistrados suertudos del TAE, grandes monumentos a la corrupción y enemigos públicos de la ciudad. Con la deuda de dotar de independencia al Poder Judicial de Jalisco, hoy maniatado, sumido en el desprestigio y la corrupción. Con la obligación de poner un alto al uso discrecional de los recursos que aportan los trabajadores al servicio del Estado, y que son invertidos por un grupo opaco causando enormes pérdidas al Instituto de Pensiones del Estado de Jalisco (la caja chica, otra vez del sexenio). Con el atraco cometido en Iconia, donde una empresa fraudulenta, que no le ha cumplido en lo más mínimo a la ciudad durante ocho años, sigue en posesión de un terreno por el que no ha pagado absolutamente nada, pero que la autoridad cómplice, de distintos partidos, les permite mantener. Con la protección política al fraude cometido en la compra de terrenos a sobre precio en Chalacatepec, en un cínico contubernio, «al estilo Jalisco», entre las autoridades del IPEJAL y la empresa Rasaland. Con la impunidad al gobierno de Emilio González Márquez, que a pesar de estar señalado por irregularidades que superan los 7 mil 500 millones de pesos, no es ni investigado, ni citado a declarar. Con toda la complicidad que existe en el Congreso del Estado, donde no se ha castigado a nadie por tanto desfalco y corrupción en las últimas cuatro legislaturas.
Cerramos el año en medio de escándalos en un Poder Judicial subordinado, que en los últimos 10 años ha estado representado por las peores personas, de fuertes antecedentes delictivos. No obstante, se renovará atendiendo a los mismos arreglos, bajo las mismas prácticas, con los mismos actores políticos como referentes. Si los mismos que designaron a Vega Pámanes son los mismos que hoy decidirán al sustituto, no habrá cambio ni renovación, sino la continuidad de un arreglo que en definitiva maniata cualquier margen de independencia en la impartición de justicia.
Así que mientras los procesos electorales mostraron que el votante está cansado de los arreglos tradicionales, aquí se refrenda la componenda, la complicidad y la simulación como referente de un congreso plural, pero que actúa exactamente igual cuando se trata de apropiarse de lo que no les corresponde.
Las expresiones políticas que obtuvieron la mayoría de los votos en las pasadas elecciones son igual o peor que sus antecesores. En los hechos lo demuestran. Tal vez con algunas diferencias de matiz o intensidad, pero operan en la misma lógica de tomarle el pelo a la sociedad. Justo por eso en Jalisco, gobierno y oposición parecen lo mismo. Pactados por la impunidad y socios con tajada, ambos, de los negocios «al estilo Jalisco». Un relevo generacional vergonzoso, de jóvenes de uñas muy largas y compromisos muy cortos. Parte de una descomposición social que es necesario atajar antes de que terminen totalmente con la reputación de las instituciones que representan…