David Gómez Foto: Informador

David Gómez
Foto: Informador

Todo ejercicio deliberativo, que admita algún matiz de crítica y retroalimentación, siempre será una práctica provechosa para el gobierno. David Gómez lo sabe y calcula. Así que ante la falta de creatividad en el resto del gabinete, él instaló muy oportunamente su idea, y se inventó una glosa… «ciudadana». Por estas fechas en que todo lo que se apellida «ciudadano o ciudadana» se cubre del manto sacrosanto de la sociedad civil (lo que se entienda por eso), la glosa, o más propiamente dicho, la sesión de grupo de enfoque entre académicos y expertos, resultó el perfecto instrumento para darle al gobierno priista un baño de «ciudadano», y a David Gómez una chapeada de sociedad civil. Esa que aún le arranca suspiros nostálgicos al subsecretario, desde algún rincón en las oficinas del gobierno priista. Además, una idea muy rentable para los medios, que la cubren de manera acrítica, deslumbrados por el apelativo de lo «ciudadano». ¡Una idea redonda!

Aunque circunstancialmente la estrella de la singular glosa no pudo asistir ayer (el gobernador -para el que se organiza el numerito-), la ausencia más bien le concede mayor brillo y méritos al subsecretario, por su moderación única. Pero ese resplandor siempre le ocasiona suspicacias dentro de un gabinete que, salvo raras excepciones, es de un perfil muy mediano. David Gómez es de los funcionarios mejor formados que fichó el gobernador: hiperactivo, estructurado, con método, hábil relacionista público y con buen olfato. Esas cualidades lo hacen enemigo natural de la medianía y objeto de muchos ataques, en su mayoría injustificados.

En tres años no lo han dejado llegar al primer círculo de decisión del gobierno, cuando sobradamente podría aportar diagnóstico y una buena interpretación de la realidad. Lo mantienen a distancia, ocupado con planes que nadie sigue, e indicadores que tampoco atienden. Justo, por eso, su capacidad es una clara amenaza para la mayoría de la «burbuja»; ese grupo de interés especializado en inducir sus ambiciones económicas y políticas, como decisiones del gobernador. La glosa bien nutrida con personajes de la academia -además con la ausencia del gobernador- resultó casi una declaración de guerra para la mediocridad de quienes se vieron obligados a exponer ayer, pero en cortito se quejaban del ensayo. Pero a tres años de sobrellevar esas reacciones, David ya aprendió a darle muletazo a la «burbuja».

Para el cuarto informe, los integrantes del Congreso de Jalisco deben recuperar su condición de «ciudadanos». Merecer, al menos, la misma importancia que la glosa «ciudadana». Sobre todo hoy que la mayoría del Congreso es de un partido distinto al del gobernador, que también reclama el apelativo de «ciudadano», y que por primera vez un diputado independiente forma parte de la legislatura local (¿otra creación del subsecretario?). Así las cosas, si llegamos a la sesuda conclusión de que los diputados, con o sin partido, también son ciudadanos; en el agasajo de la glosa «ciudadana» deberían participar, también, los ciudadanos democráticamente electos como representantes del pueblo de Jalisco. Mismos que son las voces legítimas –puesto que los elegimos- para realizar una glosa que sea verdaderamente democrática.

Flaco favor le hace a las relaciones ejecutivo-legislativo, continuar con la glosa (explicación, comentario o interpretación del informe) sólo entre un selecto grupo de invitados del gobernador y del subsecretario, por más académicos o…Clic aquí para continuar leyendo.