Los funcionarios corruptos de Jalisco y de México son, en efecto, intocables. Se cometen delitos en flagrancia que, en definitiva, no se castigan.

Pero esto ocurre no porque los funcionarios dispongan de la garantía de inmunidad procesal, mal entendida como “fuero”.

Sucede porque las fuerzas políticas con capacidad de incidir en el Congreso, con fuerza numérica para iniciar un juicio político, o inhabilitar a un funcionario para castigarlo penalmente, en complicidad lo protegen. Con o sin “fuero”, la red de complicidades, por ejemplo, mantendrán a salvaguardia a Emilio González Márquez y sus corruptos funcionarios.

Con o sin “fuero”, continuará la protección política al fraude cometido IPEJAL con la compra a sobre precio de los terrenos en Chalacatepec.

Aún sin fuero, el atraco cometido con las Villas Panamericanas seguirá sin ningún responsable.

Ya eliminamos el fuero, no obstante, ninguna autoridad municipal será sancionada por haber entregado, en complicidad (soborno), 13.6 hectáreas a un grupo de “empresarios” que nunca pagaron por el predio a la ciudad, como tampoco se sancionará al gobierno que hoy admite un “pago” en especie, que legalmente debe ser calculado en dólares y que acepta ilegalmente menos de la mitad de lo que le corresponde a la ciudad según el Convenio Marco de Asociación.

En octubre de 2013, el entonces diputado local Clemente Castañeda (hoy coordinador de los diputados federales de MC), dejó una reflexión que aplica perfectamente al festejo infundado sobre la eliminación del fuero en Jalisco.

Se preguntó, “¿por qué la mayoría de los políticos son corruptos?”… Y respondió: “porque nadie los castiga, porque no hay consecuencias, porque sus acciones quedan en la impunidad y en la desmemoria”.

Agregó Clemente que “para muestra el Congreso del Estado, donde se han dado desfalcos millonarios y no hay culpables”. Pues el legislador tenía y tiene toda la razón; en Jalisco no se combate la corrupción, ni siquiera ahora que MC tiene mayoría en el Congreso.

LA CORRUPCIÓN ES ALENTADA, PROTEGIDA Y AUSPICIADA POR ALGUNOS GOBERNANTES, JUECES, MAGISTRADOS, EMPRESARIOS, Y HASTA POR ALGUNOS AUTONOMBRADOS “CIUDADANOS” DE LA AUTONOMBRADA SOCIEDAD CIVIL.

Para ejemplo, el manoseo de exámenes y filtración de calificaciones en el Consejo Consultivo del ITEI, aún impune.

Cuando Emilio González asumió la gubernatura, Jalisco registraba pasivos que apenas superaban los cuatro mil 400 millones de pesos.

El gobierno de González Márquez incrementó en cuatro veces el tamaño de la deuda: poco más de 17 mil millones de pesos de deuda pública. Además está la deuda contraída por los gobiernos municipales en Jalisco, que se estima en los siete mil millones de pesos. Guadalajara, con dos mil 581 millones, y Tlajomulco, con mil 729 millones (aquí se trató de ocultar los mil 400 millones de deuda contratados por 30 años para la construcción de la Unidad Administrativa de Tlajomulco, edificada de manera irregular por una empresa creada exprofeso y a través de prestanombres, que cobrará por 30 años más de mil 400 millones).

Como bien dice Clemente, esto ocurre porque “nadie los castiga, porque no hay consecuencias, porque sus acciones quedan en la impunidad y en la desmemoria”. Así que no vengan con la cantaleta de algo cambiará porque eliminaron el fuero…