Fotografía: Hospital Civil de Guadalajara
La Segunda Guerra Mundial trajo consigo un ‘golpe de timón’ de especial relevancia con relación a la inversión en ciencia y tecnología: ésta adquirió un enfoque de seguridad nacional con la invención de la bomba atómica. Durante décadas, la Guerra Fría forjó este principio entre las superpotencias. Después del Covid-19 se suscitará un cambio de paradigmas de igual magnitud en el Orbe. Habrá una intrínseca y sustantiva relación entre la inversión en infraestructura sanitaria y personal médico, con la seguridad nacional [ante pandemias] y la estabilidad macroeconómica de un país. JP Morgan predice que, en México, la economía podría decrecer en un 7% por los efectos del coronavirus [Moody’s predice un desplome de -3.7%].
Los países han emprendido estrategias que han permitido mitigar el impacto de esta pandemia: test masivos y corresponsabilidad social [Alemania y Corea del Sur], distanciamiento social y cuarentenas [China], protocolos culturales personales de higiene y uso masivo de cubrebocas sin recurrir al confinamiento obligatorio [Japón, p. ej.] y cortar la cadena de contagio aislando a las personas contagiadas y sospechosas –conocidos como ‘grupos de brote’– con el uso de tecnología de rastreo [Singapur, v.gr.], entre las que más destacan. Si el número de contagios se vuelve crítico para el sistema de salud, ante el repunte dramático de los contagios, habrá un indicador que definirá la tasa de letalidad del virus: la tasa por cada mil habitantes de camas hospitalarias para atender los casos graves.
La OMS recomienda un mínimo de ocho camas hospitalarias por cada mil habitantes. El promedio que registran los 36 países que integran la OCDE es de 4.7. No obstante, nuestro país la tasa más baja: un total de 1.5. Actualmente, los países del Primer Mundo con mayor número de muertes ante el coronavirus son aquellos que tienen una tasa por debajo de la media de la OCDE al 29 de marzo: Italia, con una tasa de 3.2 camas hospitalarias y 10,779 muertos; España con una tasa de 3.0 y 6,733 decesos; y Estados Unidos con una tasa de 2.8 y 2,191 defunciones.
De acuerdo a datos oficiales, a nivel estatal, la Ciudad de México lidera la tabla, con una tasa de 3.7 camas hospitalarias por cada mil habitantes [son contabilizadas las del sector público (federal y estatal) y privado]. En un segundo sitio se encuentra Campeche, con una tasa de 2.3. Le sigue Sonora, con 2.2; Coahuila y Durango, con 2.1; Nuevo León 2.0; y Jalisco con 1.8 [encima de la media que es de 1.5]. Sin embargo, en los tres últimos lugares, se encuentran Oaxaca y Guerrero con una tasa de 1.1, y finalmente Chiapas con una tasa de 0.8.
En virtud del carácter que han tenido las últimas dos pandemias (H1N1 y Covid-19), que complican el sistema respiratorio, empieza a surgir un nuevo indicador: el número de camas de cuidados intensivos por cada 100 mil habitantes. Estados Unidos lidera la tabla con 34.7, le sigue Alemania con 29.2. Corea del Sur tiene 10.6. Japón tiene un total de 7.3 y China de 3.6. En México se desconoce este dato. Mientras tanto, ayer se instaló en el Central Park de Nueva York un hospital de campaña, para hacer frente a la demandas de camas para el COVID-19.
https://www.milenio.com/opinion/gabriel-torres-espinoza/con-pies-de-plomo/infraestructura-sanitaria-y-seguridad-nacional