Bernard Crick Foto: The Guardian

Bernard Crick
Foto: The Guardian

Como nunca antes, la política sostiene hoy una enorme carga negativa. Tanto, que quienes se dedican a la política la niegan, la rechazan, y muy pocos son los arriesgados que admiten ser políticos profesionales. Bernard Crick, en su libro En defensa de la Políticapublicado por primera vez en 1962, mantiene intactos sus principales razonamientos.

Mucho se dice de la crisis de los partidos; que están en decadencia. Pero Morena, que es un naciente partido político nacional, se estrena en su primera elección con un resultado exitoso, al conseguir más de 4 decenas de legisladores federales. En Jalisco, el Partido Movimiento Ciudadano derrumba el bipartidismo y alcanza el mayor porcentaje de votos en la boleta para diputados locales y cuatro municipios de la Zona Metropolitana de Guadalajara. Entonces, ¿están en crisis los partidos? O será que lo que está en crisis son aquellos que hacen de la política una actividad cargada de cinismo, de una insultante ineptitud, de una voracidad manifiesta y presuntuosa, aunada de una ausencia marcada de referentes.

En poco tiempo observamos en la función pública a sujetos de escasa edad que pretenden expresar con mucha dificultad sus cortos pensamientos. Sus conceptos son estrechos, llenos de lugares comunes, incapaces para desarrollar una idea o concluir un razonamiento que implique citar alguna fuente, algún referente que no sea el dinero, o el poder que les fue conferido. Para encubrir su falta de profundidad se auxilian de la burla recurrente, del lenguaje procaz, en un intento infructuoso por dejarse ver empoderados e interesantes. Tanto, que hacen ostentación al compartir su humor para referirse a temas delicados, que sólo ellos pueden abordar con la ligereza que su empoderamiento les consiente.

Pretenden lucir simpáticos, graciosos e ingeniosos, pero pierden de vista la investidura que ostentan. La mayor parte de estos neopolíticos son más dinosaurios que los viejos, porque no los mueve nada más que el dinero, la componenda y el temor a ser descubiertos en su ausencia de formación política. Repiten lo que escuchan, porque en su mayoría no leen, ni investigan. Todo problema del gobierno lo circunscriben a un asunto de comunicaciónClic aquí para seguir leyendo