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En la verificación vehicular en Jalisco, un punto de polémica es el precio del holograma, mismo que creció en un 176 por ciento de 2015 a 2016. Pasó de costar 29 a 80 pesos ahora. No obstante, el Gobierno del Estado adquiere cada holograma por apenas 11.23 pesos, es decir, a un costo seis veces menor del precio que le cobra al automovilista. Más aún, mientras que el gobierno estatal pagaba 5.93 pesos por cada holograma en 2013, hoy pagó casi el doble [11.23 pesos]. Pero el director de la asociación civil Hazlo por Jalisco, Miguel Ángel de Miguel, señaló en días pasados que «cada holograma en realidad vale 50 centavos». Así que algo que al contribuyente se le cobrará en 80 pesos, «en realidad vale 50 centavos».

El director general de Abastecimientos de la Sepaf, en respuesta a este cuestionamiento, justifica la compra de cada holograma en 11 pesos debido a que estos contaban con «15 candados de seguridad». Sin embargo, parece asistirle razón al director de la A.C. Hazlo por Jalisco, cuando plantea una muy atinada crítica a los supuestos «15 candados de seguridad» que tiene el nuevo holograma –que supuestamente hace que cueste 11.23 pesos y no 50 centavos–: «el holograma es un papel que tiene ciertas características de seguridad, pero los elementos de Movilidad no tienen pistolas lectoras para verificar si es original o no, solamente te paran», para –en efecto– verificar si se cuenta con él holograma o no. No se hace más. Más extraña es la compra del holograma si consideramos que «en la información del concurso que da a conocer el Ejecutivo Estatal no especifica qué tipo de holograma se compró», según constató y publicó MURAL el pasado 11 de enero. Por tanto, no existe razón para contar con «15 candados de seguridad» en un holograma que los agentes de Movilidad no puede acreditar como genuino. Pero tampoco los 15 candados se advierten en el concurso para la adquisición de este holograma. Entonces, ¿quién está haciendo el negocio con los hologramas?

Ahora bien, ¿Cuál es el propósito de un cobro excesivo para un holograma con candados que nadie va a verificar? Todo ingreso tributario del Estado –impuestos, derechos, etc.– cumple con tres finalidades: 1) meramente recaudatorios; 2) desincentivar o incentivar hábitos y conductas [impuesto especial al cigarro, bebidas azucaradas, etc.]; y 3) atemperar desigualdades en cuanto a la distribución del ingreso y la riqueza [ISR escalonado, p. ej.]. Desincentivar conductas está descartado [lo sería una multa por no tener el holograma], y atemperar desigualdades en la distribución de la riqueza tampoco [cuesta 80 pesos, sin importar tipo y año del automóvil]. Se trata entonces de un ingreso meramente recaudatorio.

El desproporcionado cobro del holograma pierde todo sentido con el hecho de que la multa por no tenerlo se efectuará de manera automática-electrónica, es decir, inmediatamente se sancionará al automovilista cuando venza el plazo para tramitarlo –en función de la terminación numérica de la placa–. Cabe aquí otra pregunta, ¿para qué meterle «15 candados de seguridad» a un holograma, cuando de manera electrónica y automática el gobierno estatal efectuará una multa en sus recaudadoras por no realizar el pago de la verificación? Es decir, tendrían sentido los «15 candados de seguridad» si la verificación de portación del holograma corriera a cargo de agentes viales con pistolas para asegurarse de su originalidad [lo que tampoco ocurre]. Esto es, la multa por no contar con el holograma, con mil candados de seguridad o ninguno, se efectuará después de que la base de datos que nutre la recaudadora de la Semov registre la no tramitación del holograma, independientemente de que el agente vial lo constate o no. Entonces se asegurarán de la verificación no con el holograma, sino a través de un ejercicio electrónico de cruce de datos. Entonces, con los beneficios que ofrecen las nuevas tecnologías, el holograma ni siquiera es necesario ¿ya para qué?. Por supuesto, no se pone en tela de juicio los beneficios de la verificación vehicular, sino el excesivo pago en –función de su costo– por un holograma que acusa una larga lista de sinsentidos y graves cuestionamientos en su adquisición.

gabtorre@hotmail.com