Fotografía: Ayuntamiento de Zapopan

Se ha configurado un frente para entregar las Villas Panamericanas a los eufemísticamente llamados ‘desarrolladores’. Esos expertos en los negocios ‘al estilo Jalisco’, donde pierde la ciudad, para que se enriquezcan los vivales de siempre, que construyen a sobre precio, sin licitación, violando los planes parciales y en detrimento del medio ambiente, los mantos freáticos y las zonas de recarga. Ese poderoso frente de intereses inmobiliarios, aceitados por el dinero, lo integran el magistrado Laurentino López Villaseñor, los constructores corruptos y el IPEJAL. 

Del otro lado está el Alcalde de Zapopan, que afirmó que en Zapopan no se otorgarían los permisos municipales de habitabilidad de las Villas Panamericanas, puesto que, no cumplen con los requisitos relativos al ordenamiento de territorio, planes parciales, Código Urbano y reglamentos del municipio. 
 
Pablo Lemus se defiende argumentando que para que las Villas sean habitables, se requiere una inversión cercana a los 400 millones de pesos y que podría tardar hasta dos años en ser realizada. Incluso, en posteriores declaraciones apuntó que los desarrolladores de la Villa Panamericana requieren cumplir con al menos 35 trámites o condiciones para su habitabilidad, por lo que no acatará el mandato de entregar los permisos de habitabilidad a los desarrolladores de la Villa Panamericana. 
 
Entre los trámites y condiciones faltantes para que el municipio entregue los permisos de habitabilidad, se encuentra que, el proyecto arquitectónico autorizado excedió el índice de edificación señalado en los lineamientos del dictamen de Trazo, Usos y Destinos Específicos de fecha 2 de junio de 2011, para el uso Habitacional Plurifamiliar Vertical Densidad Mínima, toda vez que el índice de edificación de 300 metros cuadrados para el lote 1 Equipamiento aplicado a la superficie del terreno, permitía 58 viviendas y se autorizó por 150 viviendas. 
 
En lo referente al lote 1 H1-V se permitían 271 viviendas, sin embargo; fueron autorizadas 626 unidades habitacionales, rebasando con 92 viviendas y 355 viviendas, respectivamente. El desarrollo excede el índice de edificación en 447 viviendas. Antes se deben entregar las áreas de donación correspondientes, que equivalen a 52 mil metros adicionales relacionados con la densidad. Faltan mil 71 cajones de estacionamiento, con base en lo dispuesto por el artículo 302 del Reglamento Estatal de Zonificación. Deben realizarse las medidas de mitigación hacia los mantos acuíferos y hacia el Bosque de La Primavera. También deben construirse las vialidades primarias y secundarias que no existen. 
 
A la fecha, se han presentado 87 amparos contra el Decreto que Declara Zona de Protección Ambiental a El Bajío. Todos fueron aceptados por los jueces, pero ninguno de ellos ha otorgado ni una sola suspensión para su aplicación, hasta ahora… Si el Ayuntamiento de Zapopan cede, se estaría perpetrando la mayor afectación a la zona por la vía de los hechos consumados, y sembrando el argumento legal para el resto de ‘desarrolladores’ que se frotan las manos para comenzar a construir, en donde -se dijo- sería una “Zona de Protección Ambiental a El Bajío”. 
 
 
https://www.milenio.com/opinion/gabriel-torres-espinoza/con-pies-de-plomo/todos-unidos-contra-lemus